jueves, 20 de diciembre de 2018

“La culpa no es del perro sino de la doctora


“La culpa no es del perro sino de la doctora”

Santo Domingo

“Mi hijo hoy tiene rabia por negligencia médica, la culpa no es del perro que lo mordió, sino de la doctora que no me lo mandó a vacunar”,  dice entre llantos Leidy Batista, madre de un niño de cinco años ingresado ayer en el hospital Infantil Robert Reid Cabral, procedente de Pedernales, justo seis días después de haber fallecido con ese diagnóstico otro de seis años, también de esa provincia.
 Ella siente que el sistema de salud le falló. Dice que como madre nunca ha descuidado sus hijos, y que incluso el día 19 de noviembre pasado eran las 10:00 de la noche cuando el niño fue agredido por el animal frente a la casa de su madre y que inmediatamente salió con él al hospital, donde lo desinfectaron, lo vendaron y la despacharon sin advertirle nada.
“La doctora lo que me preguntó era si el niño tenía sus vacunas, y le dije que sí, porque pensaba que me hablaba del esquema normal de vacunación, pero nunca me mencionó vacuna contra la rabia, ni me dijo que volviera con él, ahora ya es demasiado tarde, mi hijo tiene eso por negligencia médica”, afirma con pesar, al hablar de la salud del más pequeño de sus tres hijos.
Explica que se enteró de que esa vacuna existía hace 10 días, cuando escuchó en la calle una “guagüita” con perifoneo diciendo que si algún perro había mordido a alguien que fueran a vacunarse, y que ahí mismo salió con el niño a vacunarlo, pero que al parecer ya era tarde, porque aún no había completado el esquema de las cinco vacunas establecidas, cuando el menor empezó a presentar síntomas de la enfermedad.  
Entrevistada por Listín Diario mientras completaba la firma de consentimiento informado en el hospital para empezar a aplicar protocolos de atención en este tipo de casos, la madre explicó que el 19 de noviembre celebraban el cumpleaños de su hermana cerca de la casa de su abuela y que ella sirvió la comida y tomó un muslo de pollo y se lo llevó al niño que estaba con la abuela sentado en la acera de la puerta de la casa, y entonces vino un  perro callejero a quitarle la carne de la mano y lo mordió, provocando que sangrara por lo que salió de inmediato al hospital de Elio Fiallo.

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