Los políticos dominicanos también quieren ganar en las redes sociales. Ya lo decidieron. Han conformado equipos de usuarios para que les lleven de la simple presencia a la preponderancia, con claras intenciones de ganar visibilidad e imponer sus temas de conversación.
Sirven de ejemplo las actividades del expresidente Leonel Fernández y Reinaldo Pared Pérez del pasado fin de semana, convertidas en tendencias de conversación en la red Twitter por los equipos de trabajo de ambos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Sus dos etiquetas, “#PLDganaconLeonel y #Boyácon- Reinaldo”, devenidas luego en tenencias de conversación, sirvieron para comunicar la evolución de sus concentraciones y para ocupar los primeros lugares de los temas más comentados, al menos por algunas horas del fin de semana.
La participación política dominicana en las plataformas sociales también se evidencia en los partidos y candidatos de la oposición, siendo el proyecto “#Dimelo”, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), uno de sus principales referentes en la incipiente campaña electoral.
Esta propuesta de interacción recuerda una del hoy presidente de la República, “#Ponte pa´ tu país”, montadas ambas para brindarle a los jóvenes y a la sociedad la oportunidad de hablar, de quejarse, o plantear soluciones ante los males del país.
Pero suele haber un problema con el uso de las redes por los políticos: la improvisación con algunas de estas herramientas de comunicación, según opina Bolívar Orozco, analista en Comu- nicación Digital. “No suelen seguir un eje temático de comunicación, no visualizan estadísticas, no analizan el nivel de ´engagement´ (compromiso o participación) de sus seguidores con su marca política”, explica.
Critica las publicaciones de “cientos de fotos de mítines, encuentros y abrazos” en Facebook y la difusión de hashtags (indexadores temáticos) sin tener un objetivo concreto de comunicación como parte de esas improvisaciones.
Melina Almonte, también analista de los nuevos medios sociales, ve en las redes la oportunidad de que los candidatos se acerquen a los usuarios, que lleguen a un mayor número de personas.
Es por ello que algunos aprovechan para dar a conocer su “lado más humano y personal”, dice. “Ahora tienen las respuestas casi al instante, lo que les permite modificar, cambiar o eliminar cualquier punto que les pueda afectar en su propósito”, asegura Almonte, analista también de redes sociales.
La intención de los políticos es clara: ganar sus procesos electorales. Y las redes sociales se han sumando a esos objetivos de victoria.
Faltaría por saber si en esta etapa de la campaña electoral los políticos cuentan con planes o estrategias diseñadas, o si sus intenciones, por el momento de sus campañas electorales, son simplemente impactar y tener presencia.
La siguiente será la segunda elección nacional en la que las redes sociales sean acopladas a las estrategias de campaña de los partidos políticos y sus candidatos.
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ANÁLISIS DE ETIQUETAS EN LAS REDES SOCIALES
Para esta publicación analizamos con Tweetbinder, un portal de internet de análisis de contenido en la redes, los hastags “#BoyáconReinaldo y #PLDganaconLeonel. El primero tuvo unos 690,438 potenciales impactos, con unos 227 retuits. Unos 93 usuarios, con promedio 3.23 tuits cada uno. El pasado fin de semana Reinaldo Pared Pérez estuvo en Sabana Grande de Boyá, Monte Plata, desde donde su equipo de redes sociales compartió una fotografía en un receso de su labor, con teléfonos inteligentes en mano.
“#PLDganaconLeonel”, para promocionar la actividad de los equipos de campaña que respaldan a Leonel Fernández, impactó a 338,441 usuarios, con 38 cuentas que escribieron unos 7.89 tuits cada uno. Las publicaciones generaron 179 retuits.
En esa actividad el personal dedicado a escribir para incidencia en Twiter e Instagram superaba la veintena, con suministros de internet para sus labores y gafetes de identificación que les permitía facilidad de entrada y movimiento por el Palacio de los Deportes.
Hoy es casi impensable un político sin cuentas en las redes sociales. Pero no siempre fue así. La idea que se manejó con el surgimiento de estas nuevas plataformas de comunicación, de que podrían desaparecer pronto, produjo cierto escepticismo sobre la necesidad de presencia.