Agotados de las colas para comprarcomida y la inseguridad rampante, los venezolanos votaban este domingo con normalidad en unas cruciales elecciones donde la oposición amenaza con arrebatar al chavismo el control parlamentario, por primera vez en 16 años.
Al caer la tarde, aún seguían las filas en la mayoría de los 14.500 centros electorales, que cerrarán a las 18H00 locales (22H30 GMT) tras 12 horas de votación, en una jornada que transcurre en calma y a la que fueron llamados 19,5 millones de venezolanos para elegir 167 diputados de la Asamblea Nacional.
En unas legislativas con tintes de plebiscito para su gestión y para el modelo socialista, el presidente Nicolás Maduro prometió respetar los resultados. "Lo que se está expresando aquí (...) es palabra sagrada", dijo tras votar en el oeste de Caracas, vestido con una chaqueta roja.
Según las encuestas, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha) lograría al menos la mayoría simple, en un parlamento dominado por el oficialismo de izquierda desde que en 1999 llegó al poder Hugo Chávez, fallecido en 2013.
"Hoy es un día histórico. El cambio ya inició", declaró al sufragar Lilian Tintori, esposa del líder opositor radical Leopoldo López, quien purga casi 14 años de prisión acusado de promover la violencia en protestas que dejaron 43 muertos en 2014.