Al menos 21 personas fallecieron y 36 resultaron lesionadas tras el deslave de un cerro que había sido reblandecido por intensas lluvias en una comunidad de las afueras de la capital de Guatemala, donde rescatistas y pobladores buscaban el viernes más víctimas y sobrevivientes.
El alud ocurrió la noche del jueves en la comunidad de Cambray II, a poco más de 15 kilómetros al este de la capital, y dejó decenas de casas bajo toneladas de tierra. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, conocida como Conred, ha estimado que las personas desaparecidas podrían ser hasta 600.
La cifra de fallecidos se ha incrementado al paso de las horas. El vocero designado para la emergencia, Julio Sánchez, dijo que para la tarde del viernes había 21 fallecidos, incluidos tres bebés y dos niñas.
Entre los cuerpos recuperados estaban los de dos niñas y su mamá que las abrazaba, dijo a The Associated Press Carlos Turcios, un doctor que llegó como voluntario a la zona y que dijo que presenció la escena.
Equipos de rescate usaban palas y 15 grúas retroexcavadoras en un desesperado esfuerzo por encontrar sobrevivientes. Hasta ahora sólo habían rescatado a un hombre de entre los escombros.
Las autoridades establecieron en la comunidad un puesto de comando y una morgue improvisada, donde vecinos se agolpaban en espera de conocer información sobre sus familiares.
Sánchez, el vocero de la emergencia, dijo que había 36 heridos y que una estimación de desaparecidos para entonces era de unas 100 personas, aunque eso a partir de reportes de personas que dijeron que no saben nada de sus familiares.
Sin embargo, el secretario ejecutivo de la Conred, Alejandro Maldonado, dijo que calculaban que podrían llegar a 600 desaparecidos por el número de viviendas que había en el lugar y que superarían las 100.
Algunos vecinos quedaron a pocos metros de quedar sepultados, como Dulce del Carmen Lavarenzo Pu, de 28 años, y quien dice que una veintena de sus familiares están desaparecidos.
Lavarenzo dijo que un fuerte ruido dio paso a un temblor y todo quedó a oscuras. Momentos después, cuando salió de su casa, vio que a escasos 50 metros estaba parte del cerro caído.
"Escuché un ruido tan feo y todo empezó a temblar", dijo a la AP el ama de casa y mamá de tres niños. "Todo se quedó oscuro porque se cortó la luz".
Comentó que tenía poco de haber regresado de la Iglesia evangélica cuando se escuchó el ruido.
"Cuando eso pasó empezó a caer ceniza o polvo, entonces salimos de la casa, no se veía nada", dijo. Poco después, Lavarenzo rompió en llanto cuando vio que el cuerpo de una mujer fallecida que era llevada a la morgue temporal era su prima.
El alcalde auxiliar de Cambray II, Raúl Rodas, dijo que en la zona del derrumbe vivían aproximadamente 150 familias, pero aclaró que no se podía decir aún cuántas personas estarían desaparecidas
La parte del cerro que se deslavó tiene una altura de 120 metros y un ancho de 60 metros, dijo Wenderley Pérez, ingeniero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala.
La comunidad colinda con un pequeño río que tras las lluvias de la temporada se desbordó y ha dificultado las labores de rescate.
Marleni Pu, de 25 años, llegó al lugar con su rostro hinchado de tanto llorar. Dijo que buscaba a 25 de sus familiares que habrían quedado soterrados tras el derrumbe.
"Ahí están tíos, primos, sobrinos, toda mi familia, son seis casas en total de mis familiares que quedó bajó el cerro. Mis papás lograron salir, ellos escucharon ruidos y sintieron temblores previo al derrumbe", dijo a The Associated Press.
Horas después, Rony Ramos, de 23 años, fue rescatado y llevado a un centro asistencial. Las autoridades lo habían identificado como Rony Pu, pero después el cuerpo de bomberos corrigió el apellido a Ramos.
Uno de los fallecidos es Quani Bonilla de 18 años, seleccionado nacional de Squash, quien vivía en el lugar.
En el lugar se encuentran varios cuerpos de socorro, de la policía y del ejército apoyando el rescate. La Coordinadora instaló un puesto en el lugar, que declaró en emergencia.
Los cuerpos de socorro han instalado cordones de seguridad, en prevención de más derrumbes.
La comunidad soterrada estaba ubicada al final de una pequeña carretera; en el lugar hay casas vacías que habían sido deshabitadas por temor a un derrumbe.
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